La facultad de traducción y de interpretación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) siempre ha sido pionera en cómo enfocar el aprendizaje, las materias y su oferta formativa. Ahora, con motivo del trigésimo aniversario de la universidad canaria, lo ha vuelto a demostrar organizando una jornada europea el pasado lunes, 22 de abril de 2019, con un objetivo claro: dejar a un lado las complacencias y aceptar que la reforma de Europa es urgente y necesaria. Para debatir cómo, invitó a expertos en las áreas de la comunicación, de la política, de la economía, de la reforma jurídica y de las relaciones internacionales.
La sala estaba llena; parecía que la población canaria sí tenía interés por hablar de Europa, de una Europa distinta. Organizada principalmente por la decana de la facultad de traducción y de interpretación, Laura Cruz García; del vicedecano de calidad, Víctor González Ruiz; y de la profesora de interpretación e intérprete profesional, Heather Adams, la jornada, con título Europa y la Unión Europea (UE): ¿cómo acercar Europa a los ciudadanos?, fue posible gracias al apoyo de Europe Direct Canarias y de Casa África, el consorcio público para la promoción de la cooperación entre África y España, que prestó su excepcional sede para la celebración de la conferencia en la capital grancanaria.
Los ponentes invitados fueron Juan Fernando López Aguilar, ex ministro de justicia y eurodiputado socialista; Francesco Saraceno, economista y vicedirector del OFCE-Sciences Po; Lucas Pérez Martín, profesor de derecho y director de relaciones con la UE de la ULPGC; Joan Tussell Prats, jefe del área de comunicación de Casa África; y Rafael Guillermo López Juárez, creador de LA MIRADA EUROPEA y coordinador de comunicación y de campaña de EURACTIV. Al evento asistió un público muy variado, con alumnos de diversos centros educativos y también libres oyentes.
COMUNICACIÓN
Tras la inauguración del acto de la mano del director general de Casa África, José Segura Clavell, la decana de la facultad, Laura Cruz García, dio paso a Rafael Guillermo López Juárez para hablar de comunicación política, entendida no como mensajes o medidas concretas sino como el arte de modificar marcos conceptuales. Rafael partió de la constatación de que los europeos se sienten cada vez más alejados de Europa a pesar de que esta es esencial para resolver retos como el cambio climático o el creciente poder de las multinacionales y de China.
Como razones de la dificultad de llegar a los europeos, Rafael citó la diversidad cultural, la doble concepción opuesta de Europa (intergubernamental y supranacional), la ausencia de alternativa política dentro del sistema a las políticas actuales y la eterna crisis económica, que diez años después sigue erosionando la confianza y que ha dado lugar a tres esquemas mentales que impiden avanzar: los relatos del sur, del norte y de Europa central.

Como soluciones, propuso reducir el filtro nacional en la comunicación diaria, que aplican por igual políticos y periodistas; dar cabida a la diversidad ideológica de la UE para que se visualicen las múltiples formas que hay de ser europeos; explicar menos el funcionamiento institucional y más las medidas concretas y sus efectos en la vida de los ciudadanos; comunicar ‘con’ los ciudadanos, no ‘a’ los ciudadanos, escuchando sus necesidades y ofreciendo soluciones concretas; fomentar la transversalidad, esto es, incorporar la dimensión europea que ya existe en todos los debates, temas, asignaturas y conversaciones, así como fomentar símbolos como un Día de Europa festivo en todo el continente; e inspirar, no con palabras bonitas y vacías, sino con una visión de futuro que destile una cierta emoción positiva y que nos permita vislumbrar un horizonte esperanzador.
POLÍTICA
El socialista Juan Fernando López Aguilar tuvo palabras críticas para la gestión política de la crisis en Europa. Consideró que los Estados miembros partieron de un diagnóstico equivocado y, como consecuencia, dieron una respuesta ineficaz y «sádica» a la crisis, tal y como lo demuestran los datos. Así, afirmó ser un europeísta crítico y reconoció que hay espacio para la mejora política.

Con todo, explicó que Europa es nuestro presente y nuestro futuro. Citando al ex primer ministro belga, Paul-Henri Spaak, Juan Fernando argumentó que ningún Estado en Europa es lo suficientemente grande para hacer frente a los retos del futuro, aunque algunos todavía no se hayan dado cuenta, y reivindicó el papel central del Parlamento Europeo en el desarrollo de una democracia a escala europea. En especial, explicó la labor legislativa del Parlamento, que regula y protege más de lo que se comunica. En este sentido, tuvo palabras especialmente duras para los medios de comunicación, a los que acusó con razón de tener la tendencia a aplicar exclusivamente un tamiz negativo en sus artículos y telediarios, subrayando a menudo los puntos flacos o polémicos de las medidas aprobadas, sin explicar cómo estas se insertan en realidad en el debate comunitario y cómo responden a las necesidades de los distintos Estados miembros.
ECONOMÍA
Francesco Saraceno, considerado uno de los economistas más influyentes del ámbito europeo, constató que Europa se encuentra en un punto de inflexión en materia económica y monetaria. Los europeos nos dimos el euro, pero no lo acompañamos de un presupuesto comunitario a su altura, con lo que la eurozona es hoy, explicó, una zona monetaria subóptima, que no logra salir de sus propias crisis. Además, las políticas que los líderes han ido aplicando han reducido nuestra capacidad de reacción, con la consecuencia de que hoy somos más frágiles que hace diez años.
Ante nosotros se presenta una encrucijada, afirmó: o abandonamos el euro, lo que sería un retroceso político nefasto de consecuencias impredecibles, o ponemos en marcha todos aquellos elementos que nos permitan avanzar, aunque sea parcialmente, hacia una unión fiscal que complete la unión monetaria.
En este sentido, Francesco explicó que el pecado original es que nuestras instituciones fueron pensadas en un momento histórico en el que se creía ciegamente que los mercados se regulaban mejor sin la intervención de los Estados, un dogma tan falso, apuntó, como que los gobiernos pueden planificar la economía para volverla eficiente.
«Es esencial poner en marcha todos los elementos que permitan a la Unión Europea avanzar hacia una unión fiscal» (Francesco Saraceno)
De hecho, denunció, del colapso financiero solo nos salvó Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo, a pesar de la oposición de países como Alemania y, sobre todo, del mandato que le confieren a la institución los tratados. En su opinión, Europa ha de dotarse de instituciones que funcionen bien con independencia de quién esté al mando, pues ningún sistema político que se respete debería fiarlo todo a la suerte de contar con la persona adecuada en el momento adecuado.
Recordó que la recesión, cuyo epicentro tuvo lugar en la crisis de la deuda privada estadounidense, concluyó en Estados Unidos un año después, en 2009. En Europa, por el contrario, se instaló un relato falso que aseguraba que el problema era de deuda pública, algo solo cierto en el caso de Grecia, y así se aplicó una cura, las políticas de contención del gasto y de saneamiento de las cuentas públicas, que empeoraron entonces y continúan empeorando hoy todos nuestros parámetros económicos, promoviendo la divergencia económica entre el norte y el sur de Europa.
Francesco añadió que el único remedio a largo plazo es la unión política y fiscal, pero como esto es por el momento políticamente inviable, insistió en la necesidad de poner en marcha todos los elementos sustitutivos que permitieran a la Unión Europea avanzar hacia una unión fiscal, para que cuando se produzcan las crisis que están por llegar nuestras economías estén listas para reaccionar de forma automática y eficaz, sin la necesidad de entrar en una eterna negociación intergubernamental ad hoc.
CIUDADANÍA EUROPEA
Los ciudadanos europeos lo son porque son nacionales de un Estado miembro. Esto es lo que establecen los tratados europeos. En otras palabras, nuestra ciudadanía europea deriva de nuestra nacionalidad, es una característica subordinada al elemento principal, que es la nacionalidad del ciudadano. Lucas Pérez Martín, experto en derecho europeo, comenzó su intervención denunciando esta circunstancia desde una perspectiva jurídica. Ser ciudadanos europeos, defendió, debería contar tanto como ser ciudadanos nacionales.
«La identidad europea va más allá de los derechos propios de la ciudadanía europea; Europa está presente en nuestro día a día, más de lo que imaginamos» (Lucas Pérez Martín)
En la primera parte de su intervención, explicó cuáles eran los derechos con que contaban los europeos por el hecho de ser ciudadanos europeos, enunciados en los tratados, como por ejemplo el derecho a residir y trabajar en cualquier país de la UE sin discriminación por nacionalidad; o la posibilidad de votar y de presentarse a las elecciones locales del lugar en que se reside y a las europeas.
En la segunda parte de su intervención, sin embargo, Lucas subrayó que la identidad europea se extiende mucho más allá de esos derechos y recordó que está más presente en el día a día de los ciudadanos que lo que ellos mismos sienten. Ilustró este hecho con numerosos ejemplos y destacó que, por el mero hecho de ser europeos, los ciudadanos hoy pueden participar en igualdad de condiciones en numerosos programas comunitarios y acceder a beneficios que antes estaban reservados únicamente a los nacionales de cada país.
Al final, recordó el papel primordial de los políticos, pero también de los periodistas, intelectuales, educadores y profesores universitarios en visibilizar la dimensión europea que ya existe en la vida cotidiana de los europeos. En este sentido, añadió que los debates universitarios cobran una especial relevancia, pues permiten analizar qué nos define como europeos, cómo podemos mejorar Europa y de qué beneficios disponemos ya por formar parte de este proyecto.

ÁFRICA Y SU RELACIÓN CON EUROPA
Por último, Joan Tussell Prats presentó a la audiencia el futuro del planeta, o casi cabría mejor decir el presente, con cifras de la explosión demográfica del continente africano.
África es en efecto la región del mundo que más crece en términos de natalidad, la más joven, con una media de edad de veintiséis años. Los datos son tan espectaculares que en 2050 uno de cada cuatro habitantes del planeta será africano, una realidad opuesta a la europea, que no para de envejecer.
Ante tal reto demográfico, Joan aconsejó ver África como una gran oportunidad para el continente europeo y propuso fórmulas para abandonar los hábitos coloniales y construir una relación nueva, bilateral, con el continente. Recordó también que Europa, a pesar de la llegada masiva de China, sigue siendo el primer inversor en África y también su principal socio comercial. Asimismo, denunció que, a diferencia de Europa o de Asia, donde el comercio interno alcanza el 60%, en África solo llega al 12%, lo que dificulta su desarrollo económico.
«África es una gran oportunidad para Europa, pero hay que repensar la relación entre ambos continentes» (Joan Tussell Prats)
La cuestión migratoria también estuvo presente. En este sentido, Joan hizo un llamamiento a los europeos para que revisaran su política migratoria, recordándoles que la identidad europea está intrínsecamente unida a un humanismo que debería velar por el cumplimiento de la Carta de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. También denunció la falta de presencia de África en los medios de comunicación europeos, que solo la mencionan muy raramente para pintar un cuadro negativo, que no se corresponde con la realidad cotidiana de dichos países.
El acto concluyó con una mesa redonda en la que el público tuvo ocasión de hacer preguntas y trasladar sus inquietudes a los ponentes. A los asistentes les agradecemos su interés por dedicar varias horas de su tiempo a hablar de algo tan necesario y complejo como es la Europa del mañana. Del mismo modo, queremos agradecer a los organizadores su generosidad y su apoyo y también felicitarles por la jornada. A ellos se va nuestro total reconocimiento. Gracias, porque así se construye el futuro.
