Europa no es solo derecha o izquierda, progresismo o conservadurismo. La globalización y los avances tecnológicos, así como la emergencia de nuevos actores mundiales, nos obligan a tomar nuevos posicionamientos en este mundo en constante movimiento. Abordamos ahora los otros dos ejes de fractura política que marcarán el debate electoral europeo.
Debate
Es frecuente escuchar en Europa que la política ha superado la clásica división entre izquierda y derecha. Sin embargo, lo que se ha producido es una multiplicación de sus supuestos.
Era una cosa del resto de Europa, no de España. La extrema derecha ni estaba ni se la esperaba. Cuarenta años de dictadura nos habían hecho comprender que por ahí futuro no había. Y en realidad seguimos siendo la excepción.
En Bruselas no captan el concepto. Parece como si, después de años trabajando en cuestiones técnicas en las instituciones, los políticos hubiesen perdido el pulso de la sociedad. Tras la pausa estiva, retomamos el curso político con entusiasmo y ganas de provocar el debate.
Sí, hace falta una reforma profunda, pero se puede hacer solo si en nuestra casa no prevalece la locura. LA MIRADA EUROPEA tiene el placer de presentar uno de los análisis más lúcidos de los últimos años sobre la UE, escrito por el politólogo italiano Roberto Castaldi, quien retrata con maestría los retos que tenemos por delante y cómo afrontarlos.
Siempre que se habla de presupuestos a alguno le viene la parálisis facial, otros entran en crisis y la mayoría bosteza. Sí, en efecto hablar de política presupuestaria no es divertido, pero la Comisión presentó a principios de mayo su propuesta para el periodo 2020-2027 y vale la pena analizarla porque se trata del primer movimiento de una sinfonía bélica que compondrán todos los Estados miembros en Bruselas para decidir en qué se gastarán nuestro dinero durante los próximo siete años.
LA MIRADA EUROPEA publica una carta urgente a todos los ciudadanos europeos, escrita por una exalumna alemana del máster en asuntos europeos del Instituto de Estudios Políticos de París, Clarissa Göbel.
Tras la caída de Matteo Renzi y del gobierno del Partido Democrático en Italia, el presidente francés encarna el único atisbo de europeísmo del continente. Analizamos las propuestas que presentó ante el Parlamento Europeo el pasado 17 de abril.
Se llame Donald Trump, la Liga en Italia, el Frente Nacional en Francia, Alternativa para Alemania, los partidarios del Brexit en el Reino Unido o tantos otros que recurren al populismo para ganar votos, lo cierto es que estos personajes están modificando lentamente nuestra percepción de lo que es normal.
Tertulianos de tres al cuarto, mercenarios de la opinión y políticos sin argumentos consideran todo lo que no les gusta populismo. En este artículo, intentamos dilucidar las distintas acepciones del término y explicar por qué es tan corrosivo usarlo para todo y para nada.