Los liberales atacan: ¿presidirá la Comisión una mujer?

Margrethe Vestager, actual comisaria de competencia.

Suena bien. Varios meses después de que el Partido Popular y el Partido Socialista europeos eligiesen, respectivamente, a Manfred Weber y a Frans Timmermans como candidatos a presidir la Comisión, los liberales han decidido presentar un «Equipo Europa» con siete miembros. El formato de por sí es inédito, pero lo que más ha gustado ha sido la presencia de Margrethe Vestager, la actual comisaria europea de competencia. ¿Estamos ante una posible Comisión presidida por una mujer?

Rafael Guillermo LÓPEZ JUÁREZ

Sí, se ha hablado mucho del Brexit y del agotamiento físico y mental que sufre la pobre Theresa May, pero esta semana ha habido otra gran noticia. La sorpresa la dio la danesa Margrethe Vestager, y no precisamente porque multara el miércoles a Google con 1.490 millones de euros tras concluir que la empresa había infringido la legislación de la UE al restringir los servicios de publicidad de sus rivales, sino porque ha decidido presentarse como candidata para presidir la Comisión Europea.

Los liberales jugarán la carta del feminismo con una lista mayoritariamente compuesta por mujeres.

La Alianza de los Liberales y Demócratas de Europa (ALDE), de centro-derecha, ha elegido una estrategia de campaña muy creativa, presentando no a uno, sino a siete candidatos a presidir puestos de responsabilidad. De estos, cinco son mujeres. Además de Vestager, destacan el actual presidente del grupo parlamentario liberal, el belga Guy Verhofstadt, y la excomisaria Emma Bonino, estrella de la izquierda italiana y fiel defensora de Europa.

Los otros miembros de la lista han sido el responsable del área de economía de Ciudadanos y vicepresidente de la alianza, Luis Garicano, también profesor de economía en la London School of Economics; Nicola Beer, candidata del partido liberal alemán (FDP, por sus siglas en inglés); la eslovena Violeta Bulc, actual comisaria europea de transporte; y Katalin Cseh, fundadora del partido liberal Momentum en Hungría.

Al haber preferido una candidatura coral, los liberales han dejado claro que desestiman el sistema conocido como Spitzenkandidaten, puesto en marcha por primera vez en 2014 para otorgar la presidencia de la Comisión al candidato del partido que obtuviese más escaños en las elecciones europeas. ALDE ha preferido obviar este modelo, preferido por los dos partidos mayoritarios, en parte porque no será primera fuerza y también para complacer al presidente francés, Emmanuel Macron, que se opuso a él hace varios meses. Ellos prefieren que sean los jefes de Estado y de Gobierno en el Consejo Europeo los que hagan una propuesta de consenso al Parlamento sobre quién deberá presider qué.   

Además de Vestager, destaca la excomisaria italiana Emma Bonino, fiel defensora de Europa.

Con esta lista, ALDE pretende asegurarse algunos puestos clave en la Unión, como son el de presidente de la Comisión Europea, o si no el de presidente del Consejo Europeo o el alto representante de la Unión para asuntos exteriores y política de seguridad.

VESTAGER SE POSICIONA PERO LO TENDRÁ DIFÍCIL

Los liberales jugarán la carta del feminismo con esta lista mayoritariamente compuesta por mujeres, pero el plato fuerte, como decíamos, lo pone Margrethe Vestager. Es la candidata estrella, que ya ejerce un poder considerable en Bruselas al haber plantado cara a los gigantes digitales Apple y Google a lo largo de esta legislatura. Ahora bien, no lo tendrá fácil porque se enfrenta a un escollo casi insalvable: su país, Dinamarca, que debería presentarla como candidata por Dinamarca a ocupar un puesto de comisaria o de presidenta en la Comisión, no parece muy inclinado a proponerla.

Los liberales han dejado claro que desestiman el sistema conocido como Spitzenkandidaten.

Las cosas están así: para su nombramiento, Vestager necesitaría en primer lugar el apoyo del primer ministro Lars Løkke Rasmussen, un liberal que en Bruselas pertenece a la misma familia política pero que en casa milita en otro partido. Por si fuera poco, se añade el detalle de que el gobierno danés cuenta como aliado en el parlamento a una formación hostil a los inmigrantes y a una mayor integración europea. Vestager, con su fuerte perfil europeísta, no lo tendrá nada sencillo.

Conferencia de prensa de Margrethe Vestager

Con todo, habría que salvar otros obstáculos en Bruselas. Según todos los sondeos, los liberales crecerán y se consolidarán como tercera familia política de la UE, pero quedarán lejos de ser primera fuerza. Esta falta de fuelle, junto con el hecho de que Dinamarca no pertenece a la zona euro, dará argumentos a los que se opongan a su candidatura en el Consejo, aunque los milagros existen. La única baza con la que contaría Vestager sería que Macron decidiese apoyarla, algo no del todo improbable. El presidente de Francia supondría un aliado muy influyente entre los líderes nacionales europeos.  

MACRON NO ESTÁ, PERO SE LE ESPERA

Sin embargo, ahora mismo Emmanuel Macron y su movimiento, la République En Marche, no tiene visos de ansiar ninguna alianza directa con los liberales. Ni siquiera la candidatura de Vestager parece haberlo llenado de entusiasmo.

Macron es liberal, de eso no cabe duda, pero su relación con ALDE está resultando un tanto complicada. Tras varios momentos de tensión entre Macron y la familia política, la semana pasada Marine Le Pen, la líder de la extrema derecha francesa, aprovechó para acusar a ALDE de haber aceptado dinero del grupo agroquímico Bayer para el patrocinio de eventos políticos. La polémica no se hizo esperar. En Francia el grupo alemán tiene muy mala prensa por una serie de batallas legales internacionales relacionadas con el medioambiente y con la seguridad de ciertos productos herbicidas.

Tal fue el revuelo que los liberales se vieron obligados a poner fin a las donaciones de la entidad tras las quejas de En Marche. Por esta y otras razones el presidente ha preferido no mezclar conceptos y mantenerse independiente ante los ojos del electorado francés, lo que le permite controlar su imagen mucho mejor.

Sin embargo, tras los comicios no parece que nada vaya a cambiar, pues el partido de Macron prevé formar un grupo parlamentario que no solo incluya a los liberales, sino también a otras familias políticas como los socialdemócratas y los verdes. Le hará falta suerte.