Revivamos Europa: la carta de una joven alemana en tiempos de coronavirus

Juntos, cambiemos Europa juntos ahora. Estas líneas son un grito a la acción en tiempos del coronavirus, para que los europeos nos unamos contra los egoísmos nacionales. Desde Alemania llega esta carta de Clarissa Göbel, responsable de asuntos sociales, laborales y sanitarios en la representación permanente del gobierno del Estado federal alemán de Renania-Palatinado. 

Clarissa GÖBEL (Berlín)

¿La vida durante el coronavirus? La mía va bien. De hecho, con los privilegios de que disfruto (toda mi familia en buena salud, teletrabajo, ninguna pérdida financiera) y aunque mi vida sea completamente diferente, hay también elementos positivos: más tiempo para la vida en pareja, más energía para llevar a cabo por fin todas las tareas domésticas dolorosas, más horas de sueño, menos consumo… Pero si miro más allá de mi vida privada, la situación me angustia.

Es en las crisis donde el carácter se revela, según un proverbio alemán.

Leemos mucho sobre la nueva solidaridad entre vecinos, pero ¿quiénes son nuestros vecinos? ¿Dónde está la solidaridad entre nosotros, vecinos de la familia europea? ¿Por qué la UE se calla? ¿Por qué fueron necesarias cuatro semanas para que Alemania acogiera solo cuarenta y siete niños procedentes del campo de refugiados de Lesbos mientras repatriaba a más de 240.000 turistas alemanes esparcidos por el mundo? ¿Dónde estaba la UE cuando Alemania prohibió la exportación de material de protección, incluida la exportación a otros países europeos, el 4 de mayo? ¿Por qué se permite a China mostrarse como la gran salvadora de Europa y a Viktor Orbán desenmascararse como un autócrata corrupto? ¿Por qué los ministros de finanzas se desgarran sobre la cuestión de los eurobonos en lugar de convenir rápidamente una estrategia común? 

Como si todo esto no fuera suficiente para hacernos temblar o incluso vomitar, nos enfrentamos a vídeos y fotos de regiones en Europa, particularmente en Italia, España y Francia, en los que se ven sistemas de sanidad colapsados. Me rompe el corazón. Es en las crisis donde el carácter se revela, según un proverbio alemán. Alarmada, no puedo evitar notar que el carácter europeo en esta crisis de la Covid-19 no se parece en nada al célebre espíritu europeo de los padres fundadores de Europa. Cuando decidí dedicar dos años de mi vida a un máster en asuntos europeos, me sentí atraída por la comunidad transfronteriza, por el sueño de una verdadera unión de ciudadanos europeos.

Alarmada, no puedo evitar notar que el carácter europeo en esta crisis de la Covid-19 no se parece en nada al célebre espíritu europeo de los padres fundadores de Europa.

El coronavirus podría haber supuesto la hora de gloria de la UE. Porque el virus es un excelente ejemplo de una amenaza que no se detiene en las fronteras nacionales. La Covid-19 es un choque exógeno que afecta a todos los Estados miembros de la UE. Se trata, por tanto, de una crisis simétrica, cuya magnitud difiere en el corto plazo, pero que supone, a medio plazo, una crisis simétrica en el conjunto de la Unión Europea. Cobra por ello sentido evitar que los mercados apuesten contra los bonos de los Estados miembros. En fin, es tan simple como esto: puesto que el problema es supranacional, la solución ha de ser también supranacional. El mismo razonamiento, por cierto, deberíamos aplicarlo a los grandes desafíos migratorio y medioambiental, pero esa es otra historia.

El silencio y la débil y tardía reacción de la UE ante la pandemia demuestra que la actual capacidad de coordinación e incluso de intervención de la UE no es suficiente para hacer frente a los desafíos actuales. Pequeño recordatorio: la UE solo puede actuar si los Estados miembros le han previamente transferido las competencias correspondientes. ¿Qué ocurre en el campo de las políticas sociales y sanitarias? Pues que el informe es negativo o, al menos, excesivamente limitado.

Mi amarga observación es que esta crisis no podría ser mayor y Europa, por desgracia, se encuentra ya bajo soporte respiratorio.

Sin embargo, y no sin ironía, el coronavirus también ha derrotado al gran caballo de asalto de la UE: el mercado común. La respuesta de los líderes políticos nacionales para frenar el virus fue cerrar las fronteras. Se produjeron atascos de camiones en la frontera polaco-alemana y se produjo escasez de productos de primera necesidad como el famoso papel higiénico. ¿Dónde estaba en ese momento la libre circulación de mercancías?

Nuestros políticos actuaron como si el coronavirus se comportara de forma distinta en funcion de si el infectado se desplazaba cien kilómetros desde la ciudad alemana de Aquisgrán hacia el oeste y cruzaba la frontera con Bélgica o con los Países Bajos o si por el contrario se dirigía hacia el este.  

Los historiadores, por su parte, suelen decir que, a lo largo de su proceso de integración, Europa siempre ha crecido en los momentos de crisis. Mi amarga observación es que esta crisis no podría ser mayor y Europa, por desgracia, se encuentra ya bajo soporte respiratorio.

¡Revivamos la UE antes de que muera! Preguntémonos dónde queremos llegar con el proyecto histórico europeo y qué deberemos hacer para lograrlo.

Clarissa GÖBEL es responsable de asuntos sociales, laborales y sanitarios en la representación permanente del gobierno del Estado federal alemán de Renania-Palatinado. Fue alumna Summa Cum Laude del máster en asuntos europeos del Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences Po). Graduada en economía y en ciencias políticas, se considera simultáneamente europea, habitante del valle del Rin y alemana. Capaz de comunicar en alemán, inglés, francés y español, ha decidido participar en LA MIRADA EUROPEA porque está convencida de que es absolutamente necesario que se produzca un debate europeo sobre cómo hacer realidad la inherente promesa de la Unión Europea de promoción de un bienestar social y económico para todos los ciudadanos del continente.

Otros artículos de Clarissa GÖBEL en LA MIRADA EUROPEA:

Carta abierta a los europeos: reflexiones del 9 de mayo, día de Europa (mayo de 2018).

Por qué el Reino Unido es más soberano quedándose en la Unión (mayo de 2016).