Existe un europeísmo benigno y eso es lo que celebramos. Por todo lo vivido juntos estos últimos setenta años y por todo lo que quedaría por vivir en prosperidad compartida si cambiáramos el enfoque antes de que el hundimiento de la Unión fuese irreversible. Lejos de mensajes vacíos, hoy recordamos que Italia, Francia, Alemania y los Países Bajos se acercan al abismo de manera acuciante. Y no siempre por razones erróneas.
Solidaridad
En forma de documento epistolar, Julio Guinea Bonillo, profesor de historia y de Unión Europea en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, comparte con nosotros sus reflexiones sobre el mundo que está por llegar tras la crisis desatada por el coronavirus.
Estas líneas son un grito a la acción en tiempos del coronavirus, para que los europeos nos unamos contra los egoísmos nacionales. Desde Alemania llega esta carta de Clarissa Göbel, responsable de asuntos sociales, laborales y sanitarios del gobierno del Estado federal alemán de Renania-Palatinado.
En este último itinerario por Europa, descubrimos cómo el sur, durante años acusado de poco fiable, se ha levantado y reclama recobrar el lugar que le corresponde en la UE. Si Italia atraviesa un momento de hartazgo generalizado, otros países como Portugal proponen no solo una nueva concepción de la política, sino también medidas de esperanza para un continente que ha confundido tecnocracia con austeridad.
En este segundo viaje por los rincones de Europa, vislumbramos por un lado la desazón del norte, cuya opinión pública desconfía de las intenciones de sus socios, y por otro la presión de Francia para que lleguen las ansiadas reformas mientras denuncia el perpetuo inmovilismo.
Ni nacionalistas ni conservadores, en Europa nos hacen falta visionarios. En este segundo artículo, explicamos cómo la propuesta presentada por la Comisión carece de ambición y cómo, lejos de mejorar la eficiencia del sistema, dará pábulo a los que quieren pulverizar la Unión.
La igualdad de oportunidades, base del contrato social de nuestras democracias, se vuelve cada vez más un espejismo. Mientras tanto, la desigualdad mundial llega a límites ingestionables para cualquier democracia.
Tal y como se anunció en el discurso sobre el Estado de la Unión pronunciado por el presidente Juncker en 2016, la Comisión Europea ha presentado hoy el Libro Blanco sobre el futuro de Europa, que representa la contribución de la Comisión a la Cumbre de Roma del próximo 25 de marzo de 2017.