La extrema derecha usa artificios lingüísticos y conceptuales para acercarse al poder. Evoca un «patriotismo» renovado y salvador, una «Europa de naciones» melodiosas y una lucha sin cuartel contra las «élites» económicas de esta Europa «burocrática y despótica», pero todo esto no son más que patrañas.
Extrema derecha
Es frecuente escuchar en Europa que la política ha superado la clásica división entre izquierda y derecha. Sin embargo, lo que se ha producido es una multiplicación de sus supuestos.
Tras la manifestación de Ciudadanos, del Partido Popular y de Vox en la Plaza de Colón, proponemos la reflexión de Beatríz Ríos, periodista especializada en asuntos europeos en EURACTIV, El Mundo y Público.
Era una cosa del resto de Europa, no de España. La extrema derecha ni estaba ni se la esperaba. Cuarenta años de dictadura nos habían hecho comprender que por ahí futuro no había. Y en realidad seguimos siendo la excepción.
Sí, hace falta una reforma profunda, pero se puede hacer solo si en nuestra casa no prevalece la locura. LA MIRADA EUROPEA tiene el placer de presentar uno de los análisis más lúcidos de los últimos años sobre la UE, escrito por el politólogo italiano Roberto Castaldi, quien retrata con maestría los retos que tenemos por delante y cómo afrontarlos.
Se llame Donald Trump, la Liga en Italia, el Frente Nacional en Francia, Alternativa para Alemania, los partidarios del Brexit en el Reino Unido o tantos otros que recurren al populismo para ganar votos, lo cierto es que estos personajes están modificando lentamente nuestra percepción de lo que es normal.
Los preocupantes resultados de las últimas elecciones en Italia esconden una realidad sociológica mucho más rica y tolerante de lo que podría parecer. Analizamos los últimos resultados en Italia, país fundador de la Unión.
Hoy, 19 de marzo, LA MIRADA EUROPEA cumple un año. Para celebrarlo, analizamos por qué la medida estrella de Marine Le Pen, abandonar el euro, es una mala idea para Francia y para Europa en su conjunto.
Una encuesta de la fundación Friedrich Ebert demuestra que hay nuevos motivos para el optimismo, pero también para la desesperanza.