Esta Europa, sí. El último Consejo Europeo ha sido histórico. Las medidas adoptadas, que dan vida a una incipiente unión fiscal de facto, hermana gemela de la unión monetaria introducida en Maastricht, nos permiten afirmar (con alegría) que hemos cambiado de paradigma. Por primera vez desde la crisis constitucional del 2005, las conquistas históricas podrían erigir una nueva Europa, pero para lograrlo conviene que no nos engañemos en exceso.
Política fiscal y monetaria
El Consejo Europeo de esta semana marca un hito importante en el proceso de integración europea. Desde Madrid nos llega esta reflexión de Rogelio Pérez Bustamante, Catedrático Jean Monnet ad personam, y de Julio Guinea Bonillo, profesor de Derecho Europeo en la Universidad Europea de Madrid.
Los socialdemócratas europeos están de vuelta, al menos en apariencia. Aquí desgranamos su manifiesto electoral, que recoge muchas propuestas defendidas por economistas de prestigio en los últimos años. ¿Se quedará todo en papel mojado?
Los problemas dentro y fuera de Europa continúan acumulándose. Puesto que nuestros políticos se obstinan en no aportar soluciones al Brexit, a la cuestión migratoria o a la mejora de la unión monetaria, ¿no habría llegado el momento de encerrarlos en una sala hasta que alcanzasen un acuerdo? LA MIRADA EUROPEA tiene el lujo de presentar el análisis de Jorge Valero, periodista económico en EURACTIV y corresponsal en Bruselas para elEconomista.es.
LA MIRADA EUROPEA tiene el lujo de presentar en exclusiva un diálogo con el economista romano Francesco Saraceno, con motivo de la publicación en italiano de su libro «La scienza inutile: tutto quello che non abbiamo voluto imparare dall’economia», de la editorial LUISS University Press, una obra de referencia para comprender la complejidad de los problemas económicos que aquejan a la zona euro y cómo resolverlos.
En este segundo viaje por los rincones de Europa, vislumbramos por un lado la desazón del norte, cuya opinión pública desconfía de las intenciones de sus socios, y por otro la presión de Francia para que lleguen las ansiadas reformas mientras denuncia el perpetuo inmovilismo.
Ni nacionalistas ni conservadores, en Europa nos hacen falta visionarios. En este segundo artículo, explicamos cómo la propuesta presentada por la Comisión carece de ambición y cómo, lejos de mejorar la eficiencia del sistema, dará pábulo a los que quieren pulverizar la Unión.
Siempre que se habla de presupuestos a alguno le viene la parálisis facial, otros entran en crisis y la mayoría bosteza. Sí, en efecto hablar de política presupuestaria no es divertido, pero la Comisión presentó a principios de mayo su propuesta para el periodo 2020-2027 y vale la pena analizarla porque se trata del primer movimiento de una sinfonía bélica que compondrán todos los Estados miembros en Bruselas para decidir en qué se gastarán nuestro dinero durante los próximo siete años.
Hay motivos para estar orgullosos. Hoy, 25 de marzo de 2017, celebramos el sexagésimo aniversario de la firma de los Tratados de Roma en 1957.
Segunda propuesta: aumentar el presupuesto europeo sin aumentar los impuestos de los ciudadanos. Se trataría de simples transferencias a un fondo común.