El Partido Popular Europeo (PPE) ha sido, es y será un partido clave en la construcción europea. Sin embargo, su estrategia política de los últimos años, caracterizada por una parálisis tranquila cuando no por una apuesta firme por la supremacía de los Estados-nación, está llevando al partido a una lenta agonía electoral.
Autor: Rafael Guillermo LÓPEZ JUÁREZ
La facultad de traducción y de interpretación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) siempre ha sido pionera en cómo enfocar el aprendizaje, las materias y su oferta formativa. Ahora, con motivo del trigésimo aniversario de la universidad canaria, lo ha vuelto a demostrar organizando una jornada europea con un objetivo claro: dejar a un lado las complacencias y aceptar que la reforma de Europa es urgente y necesaria. Para debatir cómo, invitó a expertos en las áreas de la comunicación, de la política, de la economía, de la reforma jurídica y de las relaciones internacionales.
«La creación de Europa es una utopía democrática y bastante realista y realizable». Mario Vargas Llosa (2012)
Los socialdemócratas europeos están de vuelta, al menos en apariencia. Aquí desgranamos su manifiesto electoral, que recoge muchas propuestas defendidas por economistas de prestigio en los últimos años. ¿Se quedará todo en papel mojado?
Varios meses después de que el Partido Popular y el Partido Socialista europeos eligiesen, respectivamente, a Manfred Weber y a Frans Timmermans como candidatos a presidir la Comisión, los liberales han decidido presentar un «Equipo Europa» con siete miembros. El formato de por sí es inédito, pero lo que más ha gustado ha sido la presencia de Margrethe Vestager, la actual comisaria europea de competencia. ¿Estamos ante una posible Comisión presidida por una mujer?
Europa no es solo derecha o izquierda, progresismo o conservadurismo. La globalización y los avances tecnológicos, así como la emergencia de nuevos actores mundiales, nos obligan a tomar nuevos posicionamientos en este mundo en constante movimiento. Abordamos ahora los otros dos ejes de fractura política que marcarán el debate electoral europeo.
Es frecuente escuchar en Europa que la política ha superado la clásica división entre izquierda y derecha. Sin embargo, lo que se ha producido es una multiplicación de sus supuestos.
En el actual modelo de desigualdad y de precarización, se acrecienta la crisis de desconfianza entre los ciudadanos y los políticos, cuya respuesta tiende a ser la parálisis. Con la llegada de las opciones políticas antidemocráticas, solo un elemento parece evidente: no tomar decisiones hoy es una pésima opción.
«Siento que, más allá de la creación de una maquinaria internacional, lo importante es crear un ideal de paz en torno al reconocimiento de ciertos derechos democráticos fundamentales. Los europeos merecen que se les dé esperanza, no sin cierto nivel de fe y de idealismo». Seán MacBride (1948)
Varios eurodiputados y asociaciones civiles presentaron esta semana en el Parlamento Europeo la iniciativa Día de Europa, que persigue que el 9 de mayo sea festivo en toda Europa.